El llamado caso "Cárcel Pública", instruido por el juez Alejandro Madrid,
apunta a una operación y experimento para matar con toxinas botulínicas a
presos.
Por: DPA
viernes, 24 de enero del 2014
Santiago de Chile, Chile.- La Justicia chilena completó hoy la captura de
cuatro agentes acusados de envenenar con toxinas botulínicas a presos políticos
en 1981, operación considerada la antesala del asesinato del ex presidente
Eduardo Frei Montalva.
"Están procesados y con detención preventiva el médico militar Eduardo Arriagada, su asistente y veterinario Sergio Rosende, y los oficiales en retiro Joaquín Larraín y Jaime Fuenzalida", dijo a dpa el abogado Francisco Ugas del Ministerio del Interior.
Los dos primeros represores están detenidos bajo el cargo de homicidio de los opositores y militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria Víctor Corvalán y Héctor Pacheco. Los otros dos como cómplices del asesinato frustrado de otros cinco presos políticos.
El llamado caso "Cárcel Pública", instruido por el juez Alejandro Madrid, apunta a una operación y experimento para matar con toxinas botulínicas a presos.
El mismo equipo que figura en esta acción represiva es investigado por la muerte del ex presidente Eduardo Frei, ocurrida semanas después, en enero de 1982 en la Clínica Santa María, tras una operación.
Algunos de estos sospechosos son sindicados también en la muerte del vate y premio Nobel de Literatura, Pablo Neruda, quien falleció en el mismo centro asistencial.
"Esto es muy importante", dijo por ello a dpa el abogado Eduardo Contreras, litigante en el caso Neruda. "¿Y no detuvieron a Sergio Draper?", inquirió en alusión al médico que atendió a Neruda y Frei.
Los detenidos, que fueron trasladados a un regimiento, constituían el equipo que en dictadura ingresó desde Brasil armas químicas a Chile, con fines de guerra interna y externa, como ellos mismos confesaron a la policía en actas a las que accedió dpa.
Estas armas de destrucción masiva, que llegaban primero al propio palacio presidencial de La Moneda, eran básicamente toxinas botulínicas, un veneno mortal.
La operación, según declaraciones a la policía de los demás involucrados, comenzó a inicios de 1980, previo al envenenamiento de los presos políticos y la muerte del presidente Eduardo Frei, en cuyos restos fueron encontrados gas mostaza y talio.
El propio director del ISP en esos años, el coronel Joaquín Larraín, reconoció a la policía civil en un texto con su firma que la adquisición de armas químicas comenzó luego de una reunión con el médico Eduardo Arriagada Rehren, de inteligencia militar.
En el encuentro, Arriagada preguntó a Larraín, un ex profesor de la Escuela de las Américas, si el ISP tenía toxinas botulínicas, aduciendo que el Ejército las necesitaba, debido a las tensiones con países límitrofes, en especial Argentina.
Arriagada, quien estuvo acompañado en el encuentro además por el veterinario Rosende, admitió los hechos también a los investigadores, quienes realizaron las pesquisas por petición del juez Alejandro Madrid.
El magistrado, quien lleva años investigando la muerte de Frei y el envenenamiento de presos en la Cárcel Pública de Santiago, debería dictar sentencia en el magnicidio en los próximos meses.
"Están procesados y con detención preventiva el médico militar Eduardo Arriagada, su asistente y veterinario Sergio Rosende, y los oficiales en retiro Joaquín Larraín y Jaime Fuenzalida", dijo a dpa el abogado Francisco Ugas del Ministerio del Interior.
Los dos primeros represores están detenidos bajo el cargo de homicidio de los opositores y militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria Víctor Corvalán y Héctor Pacheco. Los otros dos como cómplices del asesinato frustrado de otros cinco presos políticos.
El llamado caso "Cárcel Pública", instruido por el juez Alejandro Madrid, apunta a una operación y experimento para matar con toxinas botulínicas a presos.
El mismo equipo que figura en esta acción represiva es investigado por la muerte del ex presidente Eduardo Frei, ocurrida semanas después, en enero de 1982 en la Clínica Santa María, tras una operación.
Algunos de estos sospechosos son sindicados también en la muerte del vate y premio Nobel de Literatura, Pablo Neruda, quien falleció en el mismo centro asistencial.
"Esto es muy importante", dijo por ello a dpa el abogado Eduardo Contreras, litigante en el caso Neruda. "¿Y no detuvieron a Sergio Draper?", inquirió en alusión al médico que atendió a Neruda y Frei.
Los detenidos, que fueron trasladados a un regimiento, constituían el equipo que en dictadura ingresó desde Brasil armas químicas a Chile, con fines de guerra interna y externa, como ellos mismos confesaron a la policía en actas a las que accedió dpa.
Estas armas de destrucción masiva, que llegaban primero al propio palacio presidencial de La Moneda, eran básicamente toxinas botulínicas, un veneno mortal.
La operación, según declaraciones a la policía de los demás involucrados, comenzó a inicios de 1980, previo al envenenamiento de los presos políticos y la muerte del presidente Eduardo Frei, en cuyos restos fueron encontrados gas mostaza y talio.
El propio director del ISP en esos años, el coronel Joaquín Larraín, reconoció a la policía civil en un texto con su firma que la adquisición de armas químicas comenzó luego de una reunión con el médico Eduardo Arriagada Rehren, de inteligencia militar.
En el encuentro, Arriagada preguntó a Larraín, un ex profesor de la Escuela de las Américas, si el ISP tenía toxinas botulínicas, aduciendo que el Ejército las necesitaba, debido a las tensiones con países límitrofes, en especial Argentina.
Arriagada, quien estuvo acompañado en el encuentro además por el veterinario Rosende, admitió los hechos también a los investigadores, quienes realizaron las pesquisas por petición del juez Alejandro Madrid.
El magistrado, quien lleva años investigando la muerte de Frei y el envenenamiento de presos en la Cárcel Pública de Santiago, debería dictar sentencia en el magnicidio en los próximos meses.
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