¿Por qué el ex jefe CNI está sólo en un módulo en Punta Peuco? Se reencontrará con Álvaro Corbalán con quien se ha peleado
01/09/2013 |
Por Teresa Frías
Ambos se enfrentaron en el caso de por la llamada Operación Albania, donde fueron asesinados doce militantes del FPMR y en el que Salas responsabilizó a Corbalán, pese a estar él a cargo de la CNI. A ello se suma el "dato" del ex jefe operativo de la policia política contra Salas por el negocio que este haría con Villa Grimaldi. La quería vender como terreno
El pasado sábado se oficializó el traslado de los nueve militares desde el Penal Cordillera a Punta Peuco, así se daba por cumplida la resolución del presidente Sebastián Piñera del cierre definitivo del recinto penitenciario.
Sin embargo, ahora se viene un nuevo episodio entre los reclusos, el que tiene relación con los duros roces y conflictos pendientes que existen entre los condenados.
Uno de ellos es el de Álvaro Corbalán, ex jefe del estamento operativo de la Central Nacional de Informaciones (CNI) y quien fuera su jefe en la organización criminal, el general (R) Hugo Salas Wenzel. De hecho el general, está habitando solo en el módulo 4, hecho que es atribuido a que provoca un rechazo entre sus ex compañeros de las Fuerzas Armadas.
Los otros ex habitantes del penal Cordillera están en el modulo 3 y Corbalán y otros agentes DINA y CNI, están en los modulos 1 y 2.
Salas ya estuvo en Punta Peuco hace algunos años y tuvo varios encontrones con Corbalán y otros ex represores. Gendarmería determinó sacarlo de ese penal y llevarlo a la hoy cerrada cárcel Cordillera por el peligro que corría su integridad con "sus compañeros de armas".
Los otros ex habitantes del penal Cordillera están en el modulo 3 y Corbalán y otros agentes DINA y CNI, están en los modulos 1 y 2.
Salas ya estuvo en Punta Peuco hace algunos años y tuvo varios encontrones con Corbalán y otros ex represores. Gendarmería determinó sacarlo de ese penal y llevarlo a la hoy cerrada cárcel Cordillera por el peligro que corría su integridad con "sus compañeros de armas".
Salas fue el primer condenado a cadena perpetua por la llamada Operación Albania o matanza de Corpus Christi en 1986, donde fueron asesinados doce militantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) en enfrentamientos ficticios. Durante el juicio, intentó deslindar responsabilidades en Corbalán, pese a que dio la orden e incluso felicitó al personal que participó en los ajusticiamientos bebiendo whisky.
Este hecho derivó en que en las declaraciones de Corbalán bastó con que mencionara quién era el jefe del organismo represor y el conocimiento que tenía, para que en 2007 la Corte Suprema le impusiera la pena de presidio perpetuo. Y a Corbalán sólo 20 años.
Aunque otro de los cara a cara será entre Manuel Contreras, quien registra desencuentros con el brigadier (R) Pedro Espinoza. Con este último, la relación quedó quebrada tras la sentencia por la muerte de Orlando Letelier, donde sólo el ex subjefe de la DINA fue condenado.
Además, podría haber un enfrentamiento entre Carlos Herrera Jiménez y Manuel Contreras, por considerar el primero que el máximo dirigente del organismo represor de la dictadura abandonó a sus hombres en los momentos difíciles. Herrera Jiménez, condenado por la muerte del dirigente sindical Tucapel Jiménez, es el único agente que ha reconocido ante la justicia los hechos que se le imputan y ha perdido perdón por sus acciones criminales. "Fuímos usados y utilizados. Fuímos el brazo armado de la derecha" dijo Herrera Jiménez en una entrevista concedida al director de Cambio21 hace un par de años atrás en Punta Peuco.
Villa Grimaldi...el otro enfrentamiento
Sin embargo, la criminal Operación Albania no es el único tema pendiente entre Salas y Corbalán.
Otro de los episodios que marca a estos dos oscuros personajes de la dictadura chilena, tiene relación con Villa Grimaldi, uno de los centros de tortura durante el régimen militar, hoy convertido en Parque de la Paz. Ahí estuvo detenida la ex presidenta Bachelet y su madre Angela Jeria, antes de salir al exilio.
En 1978 habría cesado la actividad represiva en el lugar, produciéndose un paulatino abandono que culminó con su desmantelamiento a mediados de la década del 80. Posteriormente fue vendido a una sociedad constructora integrada por familiares de Salas Wenzel, con el fin de ser demolido y construir ahí un conjunto habitacional.
Alertado de esta situación, que supuestamente fue un "soplo" de Álvaro Corbalán, un movimiento ciudadano liderado por la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Peñalolén y La Reina, inició una campaña de denuncia y recuperación de Villa Grimaldi. La finalidad era desarrollar ahí un lugar de memoria dedicado al recuerdo y a la promoción de los Derechos Humanos.
Tras la presentación y aprobación de un proyecto de ley en la Cámara de Diputados, llevada por parlamentarios que apoyaron esta demanda de la sociedad civil, el Estado expropia Villa Grimaldi a través del Ministerio de Vivienda.
El lugar se abre por primera vez a la comunidad el día 10 de diciembre de 1994. Posteriormente se construye el Parque por la Paz, que fue inaugurado en marzo de 1997 permaneciendo, desde esa fecha, abierto a todo público y acogiendo acciones de conmemoración junto a actividades de promoción de una cultura de respeto hacia los Derechos Humanos.
La plata los separa
Frente al tema que enfrenta a ambos reclusos, el periodista Benedicto Castillo asegura que "aquí no está en juego la lealtad o deslealtad con su líder, que fue Augusto Pinochet, sino las rencillas surgen por los negocios. El vil dinero los ha separado y los ha dejado en veredas distintas".
"Salas recibió una especie de donación de parte de su ídolo, Pinochet, que fue Villa Grimaldi. Formó una empresa con su esposa y cuñada con estos terrenos aún estando en funciones de general de Ejército. Cuando forman la empresa y comienzan a gestionar la venta de Villa Grimaldi, en forma clandestina sale a la luz pública esta información, echándole a perder el negocio a Salas", cuenta el autor del libro "El Magnicidio" en conversación con Cambio21.
A ello agregó que "tengo la impresión que lo que se verá en Punta Peuco es una odiosidad tremenda entre estos dos personajes siniestros. Aunque tengo mis dudas si ambos continuarán con los ataques de dimes y diretes, porque pienso que van a cerrar fila para presionar y así restituir los privilegios que les han quitado".
Por su parte, el periodista y también escritor e investigador de los derechos humanos, Ignacio Vidaurrázaga dijo a Cambio21 que "obviamente entre ellos hay una serie de querellas, contradicciones, de disputas y de pasadas de cuenta. Esto es como los gangsters. Por algo los tenían separado, no era casualidad que fuera así".
"Son cuentas en el tema económico lo que tienen pendiente, y que hoy en día pretenden reflotar. Y quizás que otras disputas más existen además las de Corbalán-Salas y las de Contreras", recalca el también profesor.
Sobre la separación de Salas del resto de los reclusos, Vidaurrázaga dijo que "puede que Gendarmería este tomando medidas sobre lo que pueda ocurrir".
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